REFLEXIÓN PERSONAL
La lucha de Pablo Ráez sigue viva. Somos muchos los que tropezamos con su cuenta de Instagram por casualidad, se veían vídeos desde la cama del hospital de Málaga, siempre con una sonrisa y con su pulgar hacia arriba. Lo que más me sorprendió fue ver como alguien, por la manera en la que logra hacerse entender, sencilla y sincera, consigue crear un vínculo con la sociedad. Nos contaba su día a día en el hospital; su diagnóstico y tratamiento. He incluso así, por el, conocí como se realizaba las donaciones de médula. Su pelea contra el cáncer se hizo viral y consiguió repercusiones nunca vistas, 300 donaciones de médula ósea mensuales a las 2.000 que se registran a día de hoy. Visitar su cuenta de instagram en mi caso era diario, miraba si había alguna mejora y deseaba que encontrara un donante. No se me olvidará una de las frases que dijo en una recaída: «Yo no pido que donen para mí, a mí me da igual morirme. Yo lo que quiero es aportar mi granito de arena a este mundo